ANTOLOGÍAS DE RELATOS. Al margen de las antologías puntuales que se han publicado sobre la comunidad andaluza, ya sea situando ésta como marco geográfico diferencial de las historias narradas, recopilando a algunos de sus autores más relevantes o combinando ambas circunstancias -véanse, por citar sólo algunos casos, los de Cuentos andaluces (Castalia, 2001), Tierra de enigmas (Muchnik, 2001) o Cuentos populares andaluces (Universidad de Sevilla, 1994)-, la provincia de Cádiz ha arrojado en las últimas décadas algunos títulos significativos que cumplen las condiciones antes reseñadas y tratan de hacer de su circunstancia histórico-territorial un material narrativo propio que actúe como seña de identidad específica.
La investigadora Marieta Cantos Casenave ha rastreado esos elementos comunes del acervo cultural gaditano viendo una muestra muy concreta en los Cuentos gaditanos de Pedro Ibáñez Pacheco (Diputación de Cádiz, 1997). Otros autores han hecho de algunas ciudades de la provincia parte de su universo literario -Caballero Bonald (Jerez), Fernando Quiñones (Cádiz), Eduardo Mendicutti (Sanlúcar)...-, por lo que no resulta extraño que en el plano editorial hubiera algún intento de sistematización en torno a su imagen literaria, siendo el más reseñable La ciudad escrita. 16 relatos sobre Cádiz (Fundación Municipal de Cultura de Cádiz, 2001), que aglutinaba a autores nacidos en la provincia -entre ellos, Pilar Paz Pasamar, Enrique Montiel, Rafael Marín, Juan José Téllez, Manuel J. Ruiz Torres, Rafael Ramírez Escoto, José Manuel Benítez Ariza, Federico Fuertes Guzmán, Óscar Lapeña o Félix J. Palma- y fuera de ella -Hipólito G. Navarro o José María Conget- ofreciendo su particular visión de la "tacita de plata".
Ya desde el punto de vista de la antropología cultural, una docena de autores gaditanos -además de algunos de los ya citados, Felipe Benítez Reyes, Jesús Maeso o Alejandro Luque- se reunieron para gestar Relatos de don Carnal. 12 historias de carnaval (Quorum, 2002), afrontando una de las festividades más importantes del patrimonio gaditano desde diferentes estilos y ángulos literarios. En otras ocasiones, se utilizaba un tema como excusa para ofrecer una puesta de largo de los autores más representativos de la provincia. Fueron los casos de Almacén de aventuras (Fundación Municipal de Cultura, 1998), que rendía tributo a un género que, de un modo u otro, dejó su huella en todos los escritores antologados, y del más reciente 13 Puñaladas (Dos Mil Locos Editores, 2013), dedicado al género de terror con participación, entre otros, de Javier Fornell, Pilar Vera, Alejandro Medina, Jesús Cañadas, Estefanía García Guerrero o Carmen Moreno.
Más raros son, en cambio, los intentos que han tratado de parcelar la provincia según la procedencia geográfica de sus autores. En este sentido, los más destacados han sido Café negro. Selección de narradores campogibraltareños (Diputación de Cádiz, 2000) -con inclusión, entre otros, de Juan José Téllez, Juan Luis Romero Peche o José Eduardo Tornay-, y la serie Siete Poetas en Sanlúcar promovida por el IES Doñana de esa localidad.
La investigadora Marieta Cantos Casenave ha rastreado esos elementos comunes del acervo cultural gaditano viendo una muestra muy concreta en los Cuentos gaditanos de Pedro Ibáñez Pacheco (Diputación de Cádiz, 1997). Otros autores han hecho de algunas ciudades de la provincia parte de su universo literario -Caballero Bonald (Jerez), Fernando Quiñones (Cádiz), Eduardo Mendicutti (Sanlúcar)...-, por lo que no resulta extraño que en el plano editorial hubiera algún intento de sistematización en torno a su imagen literaria, siendo el más reseñable La ciudad escrita. 16 relatos sobre Cádiz (Fundación Municipal de Cultura de Cádiz, 2001), que aglutinaba a autores nacidos en la provincia -entre ellos, Pilar Paz Pasamar, Enrique Montiel, Rafael Marín, Juan José Téllez, Manuel J. Ruiz Torres, Rafael Ramírez Escoto, José Manuel Benítez Ariza, Federico Fuertes Guzmán, Óscar Lapeña o Félix J. Palma- y fuera de ella -Hipólito G. Navarro o José María Conget- ofreciendo su particular visión de la "tacita de plata".
Ya desde el punto de vista de la antropología cultural, una docena de autores gaditanos -además de algunos de los ya citados, Felipe Benítez Reyes, Jesús Maeso o Alejandro Luque- se reunieron para gestar Relatos de don Carnal. 12 historias de carnaval (Quorum, 2002), afrontando una de las festividades más importantes del patrimonio gaditano desde diferentes estilos y ángulos literarios. En otras ocasiones, se utilizaba un tema como excusa para ofrecer una puesta de largo de los autores más representativos de la provincia. Fueron los casos de Almacén de aventuras (Fundación Municipal de Cultura, 1998), que rendía tributo a un género que, de un modo u otro, dejó su huella en todos los escritores antologados, y del más reciente 13 Puñaladas (Dos Mil Locos Editores, 2013), dedicado al género de terror con participación, entre otros, de Javier Fornell, Pilar Vera, Alejandro Medina, Jesús Cañadas, Estefanía García Guerrero o Carmen Moreno.
Más raros son, en cambio, los intentos que han tratado de parcelar la provincia según la procedencia geográfica de sus autores. En este sentido, los más destacados han sido Café negro. Selección de narradores campogibraltareños (Diputación de Cádiz, 2000) -con inclusión, entre otros, de Juan José Téllez, Juan Luis Romero Peche o José Eduardo Tornay-, y la serie Siete Poetas en Sanlúcar promovida por el IES Doñana de esa localidad.
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